Por: Estefanía Alfaro y Rocío Morante, médicas cirujanas y autoras del blog Mujeres con Evidencia.


A veces pienso que nadie nos preparó para esto. Ni los doce años de formación, ni las guardias de 36 horas, ni las clases de bioética. Nadie nos habló del momento en que un paciente te diga: “¿señorita a qué hora viene el Doctor?”o un “buenos días madre”; Nadie nos explicó que ser médica, siendo mujer, implicaba también cargar con más exigencias, más dudas, más silencios y menos respeto profesional.

Y sin embargo, somos mayoría.

Según el Colegio Médico del Perú, las mujeres representamos el 56.92% de los profesionales médicos colegiados en el país (CMP, 2023). Estudiamos más años, nos esforzamos el triple, pero cuando se trata de acceder a especialidades quirúrgicas, cargos jerárquicos o espacios de decisión, somos sistemáticamente desplazadas. “porque un médico hombre jala más el ojo de los pacientes” o “porque le creen más al médico hombre”, es que muchas debemos regalar nuestros conocimientos, con el pretexto de “hacerlo por la gente, si estudiamos para ayudar”, pero y ¿quien nos ayuda a nosotras?, ¿quien defiende nuestro lugar cuando nuestra propia defensa es minimizada o insuficiente?

Este blog nace de esa pregunta. De nuestras vivencias y de la evidencia. Porque ser médica también es ser hija, madre, pareja, persona. Porque muchas veces, en medio del ritmo de la consulta o la guardia, se nos olvida que también necesitamos cuidado.


El largo camino para ser médica

Formarse como médica en el Perú implica al menos once años de estudio y práctica profesional, según el Observatorio Umbral (2023). Las mujeres son mayoría en las aulas: 60% del alumnado en medicina, de acuerdo a cifras de TUNI.pe. Pero ese dominio numérico no se traduce en igualdad real.

Durante el pregrado, muchas estudiantes enfrentan sexismo normalizado. Comentarios condescendientes, bromas sexuales, dudas sobre sus capacidades físicas o liderazgo. Un estudio en médicas mexicanas de la UNAM mostró que el 100% de las encuestadas percibió discriminación de género durante su formación (Nieto-Gutiérrez et al., 2018).

Luego llega el SERUMS, un año obligatorio en zonas rurales. Para muchas, la primera experiencia laboral viene cargada de aislamiento, acoso y violencia. Casos recientes han incluido ataques físicos, amenazas, chantajes sexuales y negligencia institucional (Defensoría del Médico del CMP, 2023). La evidencia muestra que las mujeres serumistas tienen mayor riesgo de sufrir agresiones en el centro de salud y fuera de él.

Y si una sobrevive el SERUMS, debe postular al residentado, Allí tampoco es fácil. El caso de la Dra. Rosa Canales, quien desde 2015 denunció acoso sexual y laboral durante su residencia en el Hospital Cayetano Heredia –incluyendo ser excluida de cirugías, evaluaciones injustas tras guardias de hasta 4 días, expulsión y amenazas– visibilizó una violencia institucional extendida. En marzo de 2025, acusó al director del hospital de ignorar más de 500 denuncias por acoso y hostigamiento a médicas residentes (La República, 2019; Infobae, 2025).


Cirugía: la especialidad que todavía se siente vetada

A pesar de ser mayoría entre los médicos colegiados, las mujeres siguen excluidas de especialidades de alto prestigio. Solo el 12% de los cirujanos generales en el Perú son mujeres. En otras quirúrgicas, como cardiotorácica o oncológica, el porcentaje de mujeres bordea el 9% (Quispe-Arminta & Shu-Yip, 2021).

La falta de referentes femeninas, los horarios inhumanos, la violencia estructural y la presión por cumplir con la maternidad a edades tempranas empujan a muchas a elegir pediatría, medicina familiar o ginecología. No porque no les interese operar, sino porque el sistema les dice que allí no pertenecen.


La salud mental que nadie cuida

La cultura médica enseña a resistir, a callar, a aguantar. Pero eso tiene un costo. Los niveles de burnout, ansiedad y depresión son más altos en mujeres médicas que en sus colegas varones, según estudios de la OPS durante la pandemia (OPS, 2021).

Las médicas cargan con la doble jornada: 12 horas en el hospital, y luego la crianza, la casa, la familia. Muchas trabajan con fiebre, con mastitis, con duelo. El estigma impide que pidan ayuda. Y cuando lo hacen, temen ser vistas como débiles, poco profesionales o flojas.

La salud mental debería ser un derecho, no un lujo. Los colegios médicos y las facultades tienen la responsabilidad de ofrecer espacios seguros, apoyo psicológico, y de romper con el mito del heroísmo solitario.


Ser médica y ser madre: el doble estándar

La maternidad es otro frente difícil. Muchas residentes ocultan sus embarazos por miedo a ser excluidas. No hay licencias adaptadas, lactarios, ni comprensión. En el imaginario médico, la buena médica es la que está siempre disponible. Y la madre, la que está siempre presente. Ser ambas, en este sistema, parece una contradicción.

En el Perú, el Decreto Supremo N°023-2021–MIMP obliga a toda institución (incluyendo hospitales) con al menos 20 trabajadoras en edad fértil a contar con un lactario institucional. En nuestra búsqueda de información, no hemos encontrado cifras exactas ni documentos formales donde se especifique cuantos y cuales son los centros u hospitales del MINSA, Essalud y FFAA que cuenten con lactarios institucionales.

Como experiencia, habiendo trabajado en un centro de salud de essalud en la selva del Perú, mi centro no contaba con lactario institucional, habiendo más de 20 mujeres en planilla, y teniendo colegas que aun amamantaban a sus hijos pero que por ser contratadas por “terceros” no se les tomaba en cuenta, cuando pregunté por el lactario, responden que

“la mayoria en planilla ya no estaba en edad de tener hijos”.

Este tipo de respuestas, demuestran no solo una falta de respeto, sino tambien la ignorancia e incumplimiento de normativas a nivel nacional, y claro, la pobre fiscalización del Ministerio. Y es que después miramos cifras de anemia en el país, y tambien problemas de desarrollo en nuestros niños, y estamos asistiendo a campañas de Lactancia exclusiva 6 meses, cuanto nosotras mismas no pudimos cumplir con eso por un sistema mediocre.

Pero no debería serlo.

La corresponsabilidad, las licencias igualitarias, los turnos flexibles y el respeto por los tiempos de cada quien son medidas urgentes. No solo por justicia, sino porque la diversidad mejora la medicina. Los equipos con médicas son más empáticos, más comunicativos y más cuidadosos, según estudios recientes publicados en Wallis et al., 2023.

Y recalcamos, que para cuidar bien, necesitamos ser bien cuidadas, nuestro trato hacia los/las demás, independientemente de si somos médicas o profesionales de otros rubros, depende directamente de como nos sentimos al ir a nuestro centro laboral, de como nos sentimos en el día a día, del respeto que recibimos.


Cerrar las brechas: una tarea urgente

Ser mujer médica en el Perú no es solo una cuestión de vocación. Es también enfrentar obstáculos que no deberían existir. Y aunque hemos avanzado, aún falta mucho. El sistema necesita cambiar: más liderazgos femeninos, más políticas con enfoque de género, más espacios de escucha, más salud para quienes cuidan y mayor cumplimiento a normas que garantizan nuestro bienestar, y quien cuestione y diga que el trato debe ser igualitario, pues, les contamos que no somos iguales hombres y mujeres, el simple hecho de poder generar vida en nuestros cuerpos nos hace distintas.

Porque ninguna médica debería tener que elegir entre su vocación y su bienestar. Porque todas merecemos ejercer sin miedo. Porque cuidar también significa ser cuidadas.



Referencias

Cabani-Ravello, L. C. (2019). María Laura Ester Rodríguez Dulanto: primera mujer médico en el Perú. Acta Médica Peruana, 36(2), 77–78. https://doi.org/10.35663/amp.2019.362.806

Colegio Médico del Perú. (2023). Mujeres médicas representan el 56.92% de los profesionales médicos en el país. https://www.cmp.org.pe/mujeres-medicas-representan-el-56-92-de-los-profesionales-medicos-en-el-pais/

Infobae. (2025, marzo 14). Presidente de EsSalud niega falta de atención a graves denuncias por abuso de médicos residentes cuando era director de conocido nosocomio. https://www.infobae.com/peru/2025/03/14/presidente-de-essalud-niega-falta-de-atencion-a-graves-denuncias-por-abuso-de-medicos-residentes-cuando-era-director-de-conocido-nosocomio/?utm_source=chatgpt.com

La República. (2019, octubre 7). Cuatro años después: médica que denunció acoso aún busca justicia. https://larepublica.pe/sociedad/2019/10/07/cuatro-anos-despues-medica-que-denuncio-acoso-aun-busca-justicia-hospital-cayetano-heredia-violencia-de-genero-cidh?utm_source=chatgpt.com

Nieto-Gutiérrez, W., Toro-Huamanchumo, C. J., Taype-Rondan, A., Alva, C., & Jumpa-Armas, D. (2018). Workplace violence by specialty among Peruvian medical residents. PLoS ONE, 13(11), e0207769. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0207769

Organización Panamericana de la Salud. (2021). Impacto de la COVID-19 en la salud mental del personal de salud en América Latina. https://www.paho.org/es/documentos/impacto-covid-19-salud-mental-del-personal-salud-america-latina

Quispe-Arminta, M., & Shu-Yip, S. (2021). Representación femenina en las especialidades quirúrgicas y afines en el Perú. Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública, 38(3), 452–457. https://doi.org/10.17843/rpmesp.2021.383.8192

Umbral. (2023). La formación médica en el Perú. Observatorio de Educación Superior del Consorcio de Universidades. https://www.consorcio.edu.pe/umbral/boletines

Wallis, C. J. D., Jerath, A., Aminoltejari, K., Satkunasivam, R., Coburn, N., & Detsky, A. S. (2023). Association of surgeon–patient sex concordance with postoperative outcomes. JAMA Surgery, 158(3), 256–264. https://doi.org/10.1001/jamasurg.2022.6729

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